El programa del sábado comenzaba con un minuto de silencio en recuerdo y homenaje a Lorenzo García Roady, el piloto tinerfeño fallecido hace unos días, para continuar con el descubrimiento oficial de la placa dedicada a “El Vaquero” ante sus hijos Israel, Aythami y Lorena, para continuar con el desfile de pilotos y expilotos veteranos en varios vehículos clásicos descubiertos, desafiando el frío y la llovizna cumbrera, que aguantaron con placer la mojadura ante el cariño mostrado por los aficionados.
Y a la hora en punto se iniciaban las tres mangas con su gran variedad de vehículos y sus tripulantes inmersos en hasta cuatro clasificaciones distintas para terminar sin una sola interrupción en las tres mangas y concluir en esa masiva entrega de premios, distinciones y medallas conmemorativas a la totalidad de los participantes en un acto magníficamente conducido por Jorge Carballo, responsable de prensa de la Escudería Drago y que comenzó con la entrega de la primera medalla a Jerónimo Gómez “Momín”, vencedor de la I Subida de Juncalillo hace 41 años, desplazado desde Fuerteventura a pesar de sus problemas de movilidad y con una visión también muy reducida, pero con una menta lúcida y plena de afecto hacía su deporte y hacía su Escudería Drago, ahora presidida por su hermano Hilario, quien le impuso la medalla en unos momentos de alta intensidad emocional.
En efecto, Juncalillo ha sido algo más que una carrera, ha sido algo distinto a lo habitual, donde las personas y su talante humano han estado por encima de las máquinas. Este fin de semana el protagonismo ha estado del lado humano, por ejemplo el reencuentro de José María Ponce con la afición, la presencia de numerosos aficionados tinerfeños entre los que es de destacar a esa entusiasta Peña Racing La Verga, que está allá donde haya que animar y estimular el deporte a través de la amistad, y la presencia de numerosos aficionados que quisieron dar marcha atrás a su almanaque vital descontándole una cuarentena de años.
Hay que destacar los apoyos del Cabildo de Gran Canaria, representado por Francisco Ortiz, coordinador de Deportes; Skoda Canarias, el Albergue Rural de Juncalillo con Antonio Martín y esposa, la Asociación de Vecinos Imidagüen de Juncalillo presidida por Alfonso Alonso y muy en especial el Ayuntamiento de Gáldar, representado por sus concejales Evelio Pérez Jiménez y Carlos M. Ruiz Moreno, este ofreciendo a la Escudería Drago dos ejemplares de “dracaena draco” descendientes de un majestuoso antepasado de principios del siglo XVIII para que, en el que podría ser un “Jardín de Dragos” de Juncalillo se sigan inmortalizando nombres del automovilismo canario casi hasta la eternidad bajo las amorosos brazos y hojas de nuestro árbol milenario.