Ante la preocupación de las autoridades locales se procedió a derribar estos locales y así evitar, como venía sucediendo, que fueran utilizados por jóvenes que se reunían en este sitio para el consumo de bebidas alcohólicas y estupefacientes.
Las obras de derribo se llevaron a cabo con personal y maquinaria del ayuntamiento. Además se procedió al levantamiento de algunos muros de la trasera de la Residencia Escolar y Colegio Fernando Guanarteme, para evitar el posible y fácil acceso a estos centros.