Aunque en un principio el proyecto contemplaba la realización de muros de contención revestidos de cantería, así como el cierre metálico de los muros, el descubrimiento de la pared enfoscada y pintada como se realizó originalmente, y su buen estado de conservación, hizo modificar el proyecto y dejar a la vista dicha pared, eliminando el muro existente.
Esta modificación ha permitido que la calle Reyes Católicos quede más amplia y han evitado además las humedades que existían en esta parte trasera y lateral de la iglesia de Santiago.
Las obras han contado asimismo con un nuevo acceso a la sacristía consistente en una escalera desde la calle, rematando además la escalinata que conducía al lateral del citado templo, de estilo neoclásico.